PRIVILEGIOS: Un Día Más

El inicio de esta semana fue todo menos sencillo, el martes tampoco fue fácil y también tuvo sus complicaciones; pero al hablar de ello con mi pareja al llegar a casa, me hizo darme cuenta de eso: del privilegio de haber podido llegar a casa. Hoy, este 29 de Febrero, tenemos un privilegio “natural”, tenemos un día extra en el calendario ¿cómo aprovecharemos ese “tiempo extra”?

Es fácil ver a influencers en las redes sociales y pensar que están donde están o tienen lo que tienen por sus privilegios y estos pueden ser muchos; desde el hecho de ser hijos de alguna celebridad, de pertenecer a “x” ó “y” familia, o simplemente, estar en el lugar correcto en el momento correcto; entonces algun@s podrían pensar: “qué fácil la tienen”, “les regalan todo”, “ojalá tuviera su dinero/cuerpo/cara/tiempo”.

Pero ¿por qué no vemos nuestros privilegios?

El lunes no pude ir a trabajar porque tuve una reacción alérgica a la contaminación que vivimos en la Ciudad de México en pasados días; pero pude contactar a un gran doctor quien supo que recetar y pude comprar los medicamentos.

El martes de regreso a casa, una camioneta golpeó el vehículo en el que viajaba con mis compañeros de la oficina; nadie salió herido y en una hora estábamos en otro vehículo para que llegaramos con bien a nuestro destino; llegué a casa sano.

Ese mismo martes, mi novia tardó en llegar de su oficina a casa porque había un bloqueo en periférico a la altura del Parque Naucalli y cuando logró llegar a casa no se quejo del tráfico, sino que me dijo: que gran privilegio tuve de no ser una víctima de abuso infantil.

Es cierto, hay muchos privilegios que son producto del nepotismo, prepotencia y otros factores negativos; sin embargo, tenemos todos los días privilegios increíbles que no reconocemos como tal porque los tomamos como algo “normal”, de siempre y que no percibimos, hasta que no lo tenemos.

“Nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde”.

Tener un trabajo, haber podido ir a la escuela, tener salud, tener que comer, tener agua, tener luz, llegar a casa, tener una casa (sea tuya o no), tener una familia que te cuide de todo, tener alguien con quien compartir tu día a día sea tu pareja, roomie, familiar, etc.

No hablamos de tener internet de tal o cual velocidad, de tener uno o tal teléfono, un par de tenis, de irse o no de vacaciones una o más veces al año.

Hablamos de cosas que son realmente importantes y que tenemos y/o hemos tenido y que no hemos apreciado o agradecido como tal.

Muchas veces percibimos nuestra realidad como única y deseamos lo que no tenemos sin ver aquello que sí; pero de pronto vemos situaciones como Acapulco, como Ucrania, como la Franja de Gaza y en lugar de sensibilizarnos un poco o ser empáticos, hay gente que simplemente dice “que bueno no estamos ahí” y olvidamos que aunque no estemos en el mismo espacio geográfico, seguimos siendo humanos y la humanidad es un privilegio que no apreciamos hasta que no recibimos esa ayuda cuando más lo necesitamos.

Ciertamente no estamos todos ahí, pero en donde estemos, vale la pena tomar un minuto y analizar ese tipo de privilegios que tenemos o que hemos tenido.

Por ejemplo; yo agradezco haber tenido una madre que no solo me cuido, crió y educó, sino que también ante el diagnóstico de TDAH no se rindió y me apoyó, cuidó y procuró. Agradezco no solo haber tenido una educación sino tener el privilegio de decidir que quería estudiar y de tomar otra carrera porque la primera me di cuenta no era para mí; de haber tenido una familia que cuando les dije que quería patinar o correr, sí, odiaban verme lesionado pero hasta me compraron mis primeros tenis y tablas; agradezco poder ir a terapia a reconocer aquello que está mal en mí y trabajarlo; agradezco tener una compañera de vida con quien compartir, caminar, entrenar, reír y platicar de estos temas y de quien aprender tanto.

Hoy tenemos un día más de vida, un día gratis, un bonus track si así quieren verlo ¿qué haremos con ese tiempo extra?

CARPE DIEM.


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