Escritura, creatividad y desarrollo

Durante los últimos meses, escribir, de lo que sea, me di cuenta empezó a volverse una actividad, no tediosa, pero, sí difícil de incluir en mi día a día, hasta hoy cuando después de leer un newsletter y ver un vídeo dije: se acabó este letargo.

Hago mención del newsletter y el vídeo porque son de dos de mis creativos/emprendedores favoritos y el darme cuenta que a ellos también les cuesta crear (porque claro, son tan humanos como nosotros), me hizo reflexionar en estos métodos que mencionan ellos, son los que utilizan para volver a hacer lo que tengan que hacer; para vencer el llamado “writer’s block” para ir de a poco regresando a lo que aman y recuperando sus raíces.

Además de esto, la semana pasada en un libro que leía se me quedó mucho esta frase:

“No es falta de talento o inspiración lo que te retrae. Es miedo”*

Seguida de la frase:

“La procrastinación es natural al momento de enfrentar al miedo”*

En mi caso, seguía encontrando o seguían apareciendo cosas por hacer: desde mis entrenamientos previos al maratón o juntas de trabajo hasta cosas tan insulsas como doblar mi cesta de calcetines limpios (que no es que sea insulso como tal, sino que le daba más importancia a eso, que a escribir o dibujar).

¿De dónde venía el miedo?

Bueno, aunque amo escribir, descubrí que mi miedo a hacerlo se dio recién debido al uso actual de las redes sociales, específicamente: TikTok e Instagram, en donde todo es vídeo, o al menos así debe ser para que el algoritmo te muestre más, ya sea en el feed de tus seguidores o en la sección de descubrir y saben:

ODIO HACER VÍDEO.

Amo ver vídeos y soy una máquina enviadora de reels (mis amigos y mi novia les darán fé de ello), pero me desespera mucho el proceso de edición del vídeo y por ello tengo máximo respeto para todos aquellos que día a día crean contenido en este formato, pero, a pesar de todo esto:

Siento que el vídeo me desplazaba y me dejaba fuera y que como yo no podía/puedo/quiero hacer vídeo, por ende, estoy fuera del mundo de los creadores digitales actuales.

Pero, como bien dice Benito Antonio Martínez Ocasio: nadie sabe lo que va a pasar mañana; y puede ser que tome un curso para editar vídeo y de pronto ame hacerlo, o tal vez un post de estos se convierta en un libro, no sé, pero lo que sí sé es que mientras no deje de crear, de intentar, de escribir, aunque sea un poco cada dos días o tal, podré seguir avanzando y retomar (con el amor que le tengo) ese hábito que me llevó y me ha llevado a tantas cosas, tanto como blogger, como copy creativo para marcas.

Escribir es una oportunidad única que tenemos de soltar aquello que llevamos en mente y corazón y que también sirve para encontrar una comunidad con gustos en común, o para construir algún proyecto, tan sencillo como una página y tan complejo como una vida o tan grande como un amor.

Debo confesar entre todas estas palabras que escribo actualmente (y algo que he notado mediante terapia y observación) es que aunque odiar es muy fácil y salir a X (o en Twitter como se decía en los 00’s) a publicar y/o despotricar contra todo y nada es común y algo que a veces lamentablemente “une” (porque también se crean grupos de odio), no es algo que sirva de nada; muchas veces ese odio viene de un miedo, una incertidumbre a un cambio para el que, o no estamos preparados, o no queremos adaptarnos a tener, pero es como dicen los Jedi:

“El miedo lleva a la ira, la ira lleva al odio y el odio lleva al sufrimiento.”

Traigo esto porque, aunque sería muy fácil escribir tweets de enojo por equis o ye cosa -que no negaré he pensado en hacer- siempre me retraigo de hacerlo, porque veo como este odio, este enojo, se vuelve una bola de nieve, una que arrastra con no solo a quienes les respondemos en una red social, sino también con aquello que vive en nosotros, con eso con lo que nadie debería quitarnos, ni nosotros mismos, nuestro mejor ser.

*Abdaal, A. (2023). Feel-Good productivity: How to Do More of What Matters to You. Random House.

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