La Actual y Constante Necesidad de Odiar

(Aún no escribo/leo la primer línea de este texto y ya odio esto, jaja)

Odio: m. Antipatía y aversión hacia algo o hacia alguien cuyo mal se desea.

Hoy día todos somos haters, todos odiamos, unos más que otros; sin embargo, lo que más odiamos es ser incapaces de contrarrestar ese sentimiento que sabemos no es bueno, y que sabemos está fundamentado (al menos para nosotros) y, que obviamente, utilizamos como un método de defensa ante una u otra situación.

No voy a decir que no odio nada, de hecho vengo de ahí; un día hace varios años, alguien me hizo darme cuenta de lo negativo que de pronto me había vuelto en ese momento y el cómo comenzaba a despotricar a diestra y siniestra contra todo y por todo; todo estaba mal, todos eran esto, todo era aquello y, el que estaba mal en realidad, era yo, pero no mal per se.

Me explico; según esto -y según yo- tenía un punto para todo, un argumento y claro, todos de pronto lo tenemos; pero también de pronto, simplemente, odiamos porque odiamos en algo nosotros, sin embargo, es más difícil mirar hacia dentro y aceptarlo, que como se dice coloquialmente: sacar el odio.

Hay una frase que dice algo así como: uno no está realmente mal, hasta que culpa a otros de estar mal.

Y es que pasa que a veces no tenemos argumento para el odio, sino que simplemente el odio está ahí y es desatado por la situación o el comentario más mínimo y que a veces (muchas veces) ni siquiera tiene que ver con nosotros pero por alguna razón, decidimos tomarlo como nuestro (o sea, lo hacemos personal) para sacar algo que hay dentro de nosotros, pero de nuevo, sin sacar aquello que de verdad nos lastima.

Aquí entonces es cuando viene el: “yo no soy negativo”, “yo no lo hice mal”, “yo no estoy mal los que están mal son ellos”, “yo no soy amargado”, “es que tienen mierda en la cabeza” y un montón de frases donde los otros son los que están mal.

A veces puedes ser inmediato, a veces no, pero en algún punto pasa algo que nos hace darnos cuenta de que los que estábamos mal, éramos nosotros mismos.

Recientemente salió en mi #ParaTi de Tik Tok el vídeo de un “onvre” que decía que “le cagaban” los vídeos que comparan a Bad Bunny o que lo ponen a nivel de otros artistas y decía que estas personas tienen (y cito) “mierda en el cerebro” y curiosamente, cierra el vídeo diciendo que los 70s y 80s son la gloria máxima musicalmente y que por personas como ellas (las que comparan a Bad Bunny) y cito “la música no progresa” a lo que muchos seguramente siguiendo su discurso de odio y violencia le podrían dar un bofetón y, mostrarle la importancia musical de los 20s, 50s, 60s, 90s, dos miles, etc. y aquí entraríamos en el tema de la subjetividad del arte pero lo que olvida esta persona, es que opiniones hay tantas como culos y todos tenemos uno y sobra decirlo, debemos respetar el culo ajeno, tanto así como las opiniones.

Por cierto, muy curioso que esto venga del mismo tipo que además tiene otro video donde menciona varios datos numéricos de Benito e incluso dice que aunque no le guste a todos hay que respetar, en fin la hipotenusa.

Pongo este como ejemplo porque; yo tardé un rato en darme cuenta de donde venía mi negatividad y después de varios giros de tuerca en mi vida, hechos, deshechos y terapia, me fui y me voy dando cuenta de dónde viene esa negatividad o como puedo convertirla para construir y no para atacar y más bien, encontrar una manera de compartir aquello que realmente podría aportar a la gente, tanto aquellos en mi círculo cercano, como a ustedes que me leen.

Y retomando el ejemplo anterior, veamos otro lado de la moneda con Jaime Altozano, quien con bases sólidas, investigación y un gran talento musical y un oído tremendo; comparte y enseña de todo tipo de música, sea o no sea de su agrado, pero explicando a la gente y explicándose a sí mismo incluso, el de donde viene la importancia o el boom de un género, artista o canción.

Abrir un twitter es como abrir una bomba de odio donde todos se atacan mutuamente por todo; se atacan a conocidos y desconocidos por igual, se terminan amistades y hasta relaciones por imponer opiniones, porque resulta más fácil sacar el odio en 140 o 280 caracteres que leer y escuchar al otro y tratar de imponer nuestra opinión por encima de todo y todos pero realmente ¿queremos mostrarle al mundo cuánto odio albergamos?

Salir a la calle y ponerse al volante también puede ser un detonante y es tremendo cuanto enojo mostramos al volante y el como todos al ponernos tras un volante nos olvidamos no solo de buenos modales; sino también de reglamentos viales y de empatía con el prójimo.

Hay mucha cosas que están mal en nuestro día a día y de las que no podemos tener control, pero no tenemos necesidad de odiar ni de echarnos encima un peso que no vale la pena tener; no tenemos porque odiar si al contrario, miramos hacia dentro nuestro y vemos aquello que nos duele, aquello que podríamos cambiar o mejorar o aquello con lo que podríamos lograr un pequeño cambio, ya que ese mismo daño que hacemos con 140 caracteres podemos convertirlo en apoyo, ánimo o incluso esperanza en solo 10 caracteres con un “te escucho”.

La próxima vez que entres a twitter y quieras “sacar tu odio” pregúntate si realmente es tanta tu aversión hacia esa idea u opinión o si es algo más.

Yo fui Gerardo Cárdenas, este fue un episodio especial retomando el tema de minimalismo como estilo de vida que espero les haya gustado ¡hasta la próxima!

Anterior
Anterior

Vans x Timberland: Classics Collide

Siguiente
Siguiente

The Weekly: 10 minutos de Hype: Press Kit Edition 2