Minimalismo: A Cuatro Años de mi Proceso

La imagen en portada es minimalismo, la imagen de la bella sala de West Elm abajo de estas líneas, también es minimalismo pero aunque no lo crean -y como si esto fuera una pintura de Magritte- nada de eso es minimalismo.

Pero ¿Por qué es minimalismo y no?

Bueno, antes de ir al punto del artículo, explicar -por si son nuevos en el tema- que aunque el minimalismo como corriente en el arte, arquitectura, diseño de interiores, moda, etc. es uno, este puede o no tener una relación con el minimalismo como estilo de vida.

Ahora, dentro del minimalismo como estilo de vida, mucha gente cree erróneamente que Marie Kondo es minimalista/minimalismo y no es así; Marie Kondo es orden y sí, dentro de su método de trabajo se incluye un cierto minimalismo, específicamente el punto donde se habla de deshacernos de objetos que no usamos, que no necesitamos, que no nos pertenecen (como en el caso de familiares fallecidos), que no usaremos/sirven pero que nos apegamos a ellos por un mero lazo sentimental o bien, que como ella dice: no nos traen alegría.

¿Qué entonces sí es el minimalismo?

Tener lo esencial para nuestro día a día según nuestras necesidades, gustos y actividades, dejando de lado excesos que saturan nuestro hogar u oficina y claro, nuestra mente.

¿Cómo he llegado a esta respuesta y cómo lo he aprendido a llevar?

Bueno, la respuesta anterior la pongo porque esto es lo que yo he aprendido desde mi proceso y después no solo de leer a Marie Kondo, sino también de leer a Greg Mckewon, Marco Aurelio, de ver los documentales de minimalismo de Netflix (pueden ver uno completo aquí abajo) y claro, tras varios -muchos- vídeos de Matt D’Avella y algunos más; es decir, me documenté y experimenté hasta encontrar lo que a mí me funciona.

Por ejemplo; The Minimalists, la dupla formada por Ryan Nicodemus y Joshua Fields Millburn y ahora complementada por T.K. Coleman, aunque son los minimalistas más famosos de toda esta “escena” o movimiento; uno, llegan a caer en temas que se podrían sentir como de secta o religión pues caen en excesos que podrían verse como fanatismo, dos; a veces no ven y no reconocen el privilegio del que vienen y/o del país donde viven y olvidan que hoy día tras libros y documentales, su audiencia es global; tienen puntos muy buenos, pero, creo que sí quisiéramos aprenderles algo, tenemos que analizarlo bien y verlo desde nuestra perspectiva y situación de vida.

Perspectiva

Algo que creo que si nos da el minimalismo es eso, perspectiva, pues nos ayuda a limpiarnos de muchas cosas y empezamos a ver cosas que antes no percibíamos e incluso nos trae empatía para ver los puntos de vista de otras personas.

Es muy fácil llenarse del contenido visual de YouTube y Netflix al respecto, pero, al leer The Longing for Less: Living with Minimalism de Kyle Chayka (y que me recomendó mi querida y hermosa Loops) me di cuenta de esto, de que a veces vamos quitando cosas por quitar y perdemos nuestra perspectiva al respecto de lo que es útil, real y funcional -más alla de lo que vemos en estos medios- PARA NOSOTROS.

Por cierto, el libro tiene perspectivas -ba dum tssss- sobre el arte y la arquitectura minimalista que nos hacen preguntarnos y replantearnos varias cosas.

Valor

El valor es algo sumamente objetivo y que más allá de lo económico; nos muestra aquello que realmente tiene sentido y VALE, para nosotros; Kondo habla de desprenderse de los artículos sentimentales, The Minimalists por su lado, habla de conservar en nuestra vida aquello a lo que le encontremos valor; yo creo que debe y puede haber un balance; no se trata de dejar ir todo, pero tampoco de quedarnos con todo; ese viejo libro que tu padre leía todo el tiempo, quédatelo; ese viejo libro que compraste en la preparatoria y que nunca acabaste de leer y que tal vez ni pretendes hacerlo, déjalo ir.

Como ejemplo; mis tenis, cuando empecé el proceso me sirvió para hacer introspección y ver que tenis realmente tenían valor para mí, cuáles usaba realmente o me gustaban y cuales no; hoy tengo una colección mucho más pequeña que la que tenía en 2020 y que si bien no tiene muchos grails, si tiene pares con mucho valor para mí y que sobre todo, si uso en mi día a día.

Orden

Si algo me trajo aprender de minimalismo, fue el darme cuenta de lo fácil que es mantener organizado mi espacio al tener menos cosas, aunque para esto, pues si tuve que aprender de orden y ahí el método Konmari me ayudó mucho, aunque de nuevo, hay que reconocer nuestros límites y nuestra realidad para saber que si o que no podemos controlar, por ejemplo, cuando queremos deshacernos de cosas que no son nuestras u ordenar un espacio que compartimos con; un familiar, un roomie o nuestra pareja.

Tiempo

Finalmente, al tener más orden, menos cosas y al reconocer que sí y que no trae valor/utilidad a mi día; me queda más tiempo para hacer otras cosas, pero no solo eso, sino que cuando necesito ordenar, lo puedo hacer mucho más rápido de lo que antes lo hacía.


Ya para cerrar; algo que sí me trajo el orden y el minimalismo, fue la parte de trabajar lo que los psicólogos y expertos de la salud mental llaman: apegos; y es que el desapegarse de objetos materiales, nos enseña que es posible soltar personas y emociones que tal vez estaban atoradas y/o ligadas a uno o varios objetos; esta parte es probablemente la más difícil, pero de las que más disfruté al final y que tuve que trabajar junto con un psicólogo porque aunque al inicio nos da un “cluttering rush” y soltamos todo y de todo, después nos da un “cluttering hangover” lo que sería una suerte de cruda moral por haber dejado ir objetos, cosas que nos preguntamos si volveremos a tener, si de verdad estamos bien sin ellos, si de verdad estábamos listos para dejar ir, etc.

La respuesta a esto se va dando en el proceso y varía de cada uno, aunque ayuda mucho para dejar ir cosas que hayamos o no comprado y a dejarlas ir con confianza y conciencia y sobre todo, sin arrepentimiento, así que si quieres intentarlo, prepárate mentalmente junto con tu psicólogo de confianza.

Tener muchas cosas no está mal si encontramos valor y utilidad en ellas; tener pocas cosas no está mal si tu estilo de vida (ya sea escuela, trabajo, ejercicio, tu día a día en casa) lo permite y, sí un día debes comprar algo que facilite tu vida o porque anhelabas tenerlo de niño, cómpralo sin culpa y disfrútalo.

El minimalismo no es una religión, no hay pecados ni bueno ni malo, así que descubre tu sweet spot y disfrútalo y si en el camino descubres que no es lo tuyo, también está bien y también deberías disfrutarlo.


Foto en portada de Bench Accounting en Unsplash.

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